Una vela terminada es generalmente suficiente. Para darle el máximo lustre, puede también pulirse con papel de lija extra suave, sin apretar demasiado, y luego con un tapón de corcho de sección plana mojado en aceite.
Sin embargo, puede añadírsele una decoración ornamental. Es el momento de poner en juego la creatividad, pero no hay que olvidar ciertos consejos:
• Si la vela está coloreada, y más si tiene varios colores, no hay que poner demasiado en evidencia una decoración de color llamativo o contrastado en exceso.
• No conviene poner sobre una misma vela, varios motivos de género distinto.
• Evitar las decoraciones muy grabadas que exigen huecos profundos o numerosos, si se quiere que la vela guarde su auténtica función que es la de quemar con llama neta y duradera.
Para los principales tipos de decoración, hay que tener en cuenta:
• El grabado en frío (con ayuda de un buril, un clavo, cuchillo, etc.) dará un dibujo de predominante rectilíneo. Dichos rasgos pueden ennegrecerse ya sea con pintura al óleo o con una pátina.
• Para el grabado en caliente, es suficiente calentar a la llama los mismos instrumentos que así realizarán unos dibujos más variados, más accidentados, eventualmente algo ennegrecidos. Esto último se logra, calentando los instrumentos en la llama de una vela; por el contrario, la llama de gas no tiñe las puntas metálicas.
• El baño de la vela en arena (no confundirse con vela en molde de arena), le da un aspecto granulado pero impide esculpirla. Haciéndola rodar sobre agua incolora y luego espolvoreándola con polvo de bronce (llamado también "polvo de oro"), se obtendrá una siembra inegular de polvo metálico. La aplicación directa de pintura metálica en tubo, produce un dorado más uniforme.
• La decoración en relieve se hace con cera de modelar. Van aplicándose los distintos motivos sin llegar a recubrir toda la superficie de la vela.
Incluso una simple vela blanca admite una decoración vegetal bonita y fácil de realizar, si no se planificó con antelación el agregado de las flores (en este caso, es otra la técnica a seguir, la cual compartiremos más adelante). Si se consiguen hojas y flores completamente secas, se pueden colocar bien planas sobre una vela y con ayuda de un pincel recubrirlas de una capa finísima de parafina fundida. Dejar luego rodar la vela, sin apoyarla demasiado.
Sí se trata de una vela de caras planas, será más estético repartir los ornamentos de forma parecida en cada una de sus caras.
20/10/09
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